jueves, 8 de mayo de 2014

LA SAGA DE LOS "PASQUIN" GADITANOS.


            La calle  Pasquin se inscribe dentro del intramuros gaditano, y en pleno barrio de la Viña; poniendo en comunicación los callejones de Cardoso con el Campo del Sur. Su nombre queda lejos de estar relacionado con los panfletos o comunicados que anónimamente se ponían por las esquinas, realmente está vinculado con la familia Pasquin que se avecinó en esta vía levantando allí su residencia. El edificio con el  número 1, se emplaza en la esquina derecha con los callejones, según se sube, por lo que tiene una fachada a cada calle.





DEPLORABLE ASPECTO QUE PRESENTA EL MURO ESQUINERO DE LA CASA
CON DIBUJOS ESGRAFIADOS DE TIPO GADITANO EMBUTIDO EN EL MORTERO DONDE AÚN SE APRECIA EL CONTRASTE ENTRE EL ROJO ALMAGREÑO CON EL BLANCO DE LA CAL. Ello deja en entredicho la responsabilidad municipal, además en los aspectos de seguridad de las personas que transitan por el lugar, en lo relativo a la recuperación de estos elementos ornamentales propios de Cádiz. Momento en el que se había terminado la bajada de la fachada.
Detalle de la parte del mismo muro esquinero que se orienta hacia la calle Pasquín, aspecto que presentaba en 1979. Abajo recomposición de su dibujo a partir de las líneas que se conservaban de cómo pudo ser la composición original.
 
 Otro de los detalle corresponde a la parte del mismo muro esquinero que se orienta hacia  los callejones de Cardoso, aspecto que presentaba en el año 2000. Abajo recomposición de su dibujo a partir de las líneas que se conservaban y que nos da idea de cómo era su composición original. Trazos que nos descubre al compararlos que son diferentes entre sí lo que lo hace aún más llamativo.

Aspecto general de la cornisa y del otro muro esquinero que linda con la finca contigua.
 
 
            Los Pasquin son oriundos de Niza, cuando esta ciudad era italiana y estaba  incluida dentro de los territorios de la región de Saboya, con los que siguieron vinculados a través de tíos y primos. Los datos familiares más antiguos hacen referencia a dicha ciudad donde vivía Francisco Pasquin que casó con Isabel Martini. El hijo de estos Juan Pasquin Martini contrajo matrimonio con Catalina Ponsse los que se desplazarán y establecerán su domicilio en Cádiz, en un ámbito relacionado con actividades comerciales.
            Juan fallecería el 1 de noviembre de 1734, cuando contaba treinta y siete años y tenía seis hijos, siendo enterrado en la Iglesia del Convento de San Agustín al que pertenecía uno de sus hijos. Éstos se configuran como la primera generación gaditana de este apellido, siendo Ana María PASQUIN PONSSE, el miembro que nos ofrece un mayor interés, al ser depositaria y heredera de un rico patrimonio.
 
 
 
 
Aspecto de la fachada principal con entrada hacia la actual calle Pasquín

Detalle de ventana con gatera y remate bajo de un balcón.
Lápida sobre la puerta principal donde se refleja la fecha de construcción (1766) y el nombre de la calle dedicada a la  "Reina de los Ángeles."




         Posiblemente para evitar fugas económicas el árbol genealógico comienza a complicarse al entrelazarse varios procesos endogámicos. Así encontraremos casamientos entre tío y sobrina (caso de Bernardo Pasquin); o de primo con prima (Ana María Pasquin Castañeto con Manuel José Paul), etc. A la vez que se irán integrando apellidos de relevancia social local como el de los Castañeto (implicado en el comercio indiano como Habilitados por la Real Audiencia y vinculado a la flota que arribaba en la ciudad mejicana de Veracruz); o los Paul que lo harán a nivel comarcal y más adelante los Ruiz-Tagle.

       La residencia familiar que comenzó a levantar Juan Pasquin Martini, no debió concluirse hasta 1766 según consta en la lápida existente sobre la puerta,  aunque quien la disfrutó plenamente fue su hija, la referida Ana María Pasquin Ponsse casada con Gregorio Castañeto. Ésta se encargará de dotar al edificio de un estatus singular para conservar íntegra su propiedad. Delegó sólo las funciones de gestión para lo que instituyó la figura de administradora nombrada mediante mayorazgo femenino, en la persona de su hija Manuela, y que ha seguido funcionando hasta hace bien escaso tiempo; situación de la que desconocemos la resolución jurídico legal que se haya sido posible aplicar. Lo cierto, y es sobre lo que llamamos la atención y nos interesa, es que es  uno de los motivos por el que la construcción ha llegado intacta y completa hasta nuestros días, y necesita que se actúe con urgencia sólo en zonas puntuales.
 


Juego de luces en el patio, con galerías (corredores) con barandas de forja y decoración de las alfajías con azulejos vidriados en blanco y azul.
En el centro sobre la escalera preside el conjunto una hornacina donde se sitúa la imagen en mármol de
Nuestra Señora de los Ángeles.(esta foto se incluye en la Guía de Arquitectura de Cádiz (1995:p.141)


Detalle de la hornacina e imagen referida de
Nuestra Señora de los Ángeles.



Detalles de las diversas decoraciones de lacerías de tradición mudéjar que se localizan en los trasdós o zonas inferiores de la  escalera de tipo imperial y que da acceso a las distintas plantas.


           El edificio en su conjunto constituye uno de los escasos modelos de la mejor y más genuina arquitectura gaditana de finales del XVIII en el que se dispone: planta baja (para almacén), entresuelo o zona comercial de oficinas, piso principal para los propietarios y superior para el servicio; azotea para captación de aguas y torre para control comercial del mar.

La decoración resulta llamativa en todos los ámbitos; así en su cornisa ondulada, la escalera tipo imperial que se va subdividiendo en dos ; la lacería de tradición  mudéjar del trasdós de estos accesos; las mascarones (que me dicen en la segunda planta), las puertas de casetones y la de entrada con grapones. En su estrecho patio, todo es llamativo; los herrajes, la decoración con azulejos vidriados que decoran las alfajías de sus corredores, y sobre todo la hornacina con la talla en mármol de la Virgen de los Ángeles que se inscribe sobre el arco de la escalera. En este punto conviene llamar la atención sobre esta advocación que debió tener una honda influencia en la familia pues la calle aparece dedicada a la misma Reina de los Ángeles según consta en la lápida sobre la fachada principal. También algún miembro familiar se casó en la Capilla del Cristo del cercano convento de Nuestra Señora de los Ángeles que se situaba cercano donde hoy lo hace el Edificio de Correos.

No menos elegante y original nos resulta el exterior y sobre todo el remate superior de cornisa ondulada o los profusos y originales dibujos de sus muros esquineros que se nos presentan como únicos y compuestos por dos estrellas de trazos diferentes blanca insertas en el hormigón almagreño de fondo, configurando un agradable contraste. Llamativa nos resulta su torre con esgrafiado en sus cuatro frentes y que añade en sus esquinas además el color amarillo en dibujos trenzados; el remate es realmente primoroso y se configura con una garita de bovedilla cubierta y huecos de acceso para las palomas.
 
Aspecto que ofrecía la torre en 2000 con la decoración casi completa que entonces tenía.

Desperfectos ocasionados en diciembre de 2008, cuando se empezó a resanar los muros de la torre sin respetar la decoración original, y que oportunamente fue parado. Situación que prevalece en la actualidad.


Decoración en la cupulita de remate de la garita que da acceso a la terraza de la torre.


    
         Un patrimonio que ha logrado no sin cierta dificultad y por actuaciones recientes de las que quedán huellas, salir airosa airosa de la cruel corriente restauradora imperante, y que son piezas únicas dentro de la arquitectura local. Por ello bien merecería prestale mayor atención, en principio por la peligrosidad que pueda ofrecer al transeúnte, y por otro por la prevención y cuidado que ello debe conllevar para intentar a la vez salvar cualquier dato que aún se pueda obtener en aquellos abandonados muros con ideá de poder recomperlo y recuperar el dibujo y esplendor original que tuvo. Una rehabilitación que por lo tanto debiera ser especialmente sensible y que debe aplicarse con la mayor protección (la casa tiene el máximo aplicable) y con un exquisito cuidado para que podamos volver a admirar aquella rica decoración. Los organismos e instituciones existentes para estos fines, son los que sostienen la responsabilidad para que estos hechos no proliferen y ante la urgencia podrían tomar la iniciativa antes de que las posibles medidas sean tardías o los daños se hagan irreparables.

 




Efectos y contraste de luces que ofrece desde la calle la cornisa ondulada, la torre y esquina del edificio.




En los referentes a la torre, garita, pretiles y remates esquineros, se hace necesario asegurarlos  por el peligro físico que puede presentar para los  transeúntes que es lo primordial; pero también con la suficiente sensibilidad y con el suficiente  cuidado y protección necesarios, para que los datos que aún pueda contener  se recuperen, preserven y no desaparezcan con vista a una posible recomposición. Éstos elementos ornamentales son únicos dentro de la arquitectura local gaditana.