La calle “Pasquin” se inscribe dentro del intramuros gaditano, y en pleno barrio de la
Viña; poniendo en
comunicación los
callejones de Cardoso con el Campo del Sur. Su nombre queda lejos de estar
relacionado con los panfletos o comunicados que anónimamente se ponían por las esquinas, realmente está vinculado con la familia Pasquin que se avecinó en esta vía levantando allí su residencia. El edificio con el número 1, se emplaza en la esquina derecha con los callejones, según se sube, por lo que tiene una fachada a cada calle.
DEPLORABLE ASPECTO QUE PRESENTA EL MURO ESQUINERO DE LA CASA
CON DIBUJOS ESGRAFIADOS DE TIPO GADITANO EMBUTIDO EN EL MORTERO DONDE AÚN SE APRECIA EL CONTRASTE ENTRE EL ROJO ALMAGREÑO CON EL BLANCO DE LA CAL. Ello deja en entredicho la responsabilidad municipal, además en los aspectos de seguridad de las personas que transitan por el lugar, en lo relativo a la recuperación de estos elementos ornamentales propios de Cádiz. Momento en el que se había terminado la bajada de la fachada.
Detalle de la parte del mismo muro esquinero que se orienta hacia la calle Pasquín, aspecto que presentaba en 1979. Abajo recomposición de su dibujo a partir de las líneas que se conservaban de cómo pudo ser la composición original.
Otro de los detalle corresponde a la parte del mismo muro esquinero que se orienta hacia los callejones de Cardoso, aspecto que presentaba en el año 2000. Abajo recomposición de su dibujo a partir de las líneas que se conservaban y que nos da idea de cómo era su composición original. Trazos que nos descubre al compararlos que son diferentes entre sí lo que lo hace aún más llamativo.
Aspecto general de la cornisa y del otro muro esquinero que linda con la finca contigua. |
Los
“Pasquin” son oriundos de Niza, cuando esta ciudad era italiana y estaba incluida dentro de los territorios de la región de Saboya, con los que
siguieron vinculados a través de tíos y primos.
Los datos familiares más antiguos hacen referencia a dicha ciudad donde vivía Francisco Pasquin que casó
con Isabel Martini. El hijo de estos Juan
Pasquin Martini contrajo matrimonio con Catalina Ponsse los que se desplazarán y establecerán su domicilio en Cádiz, en un ámbito relacionado con actividades comerciales.
Juan
fallecería el 1 de
noviembre de 1734, cuando contaba treinta y siete años y tenía seis hijos,
siendo enterrado en la Iglesia del Convento de San Agustín al que pertenecía uno de sus hijos. Éstos se configuran como la primera generación gaditana de este apellido, siendo Ana María PASQUIN PONSSE, el miembro que nos ofrece un mayor interés, al ser depositaria y heredera de un rico patrimonio.
Aspecto de la fachada principal con entrada hacia la actual calle Pasquín |
Detalle de ventana con gatera y remate bajo de un balcón. |
Lápida sobre la puerta principal donde se refleja la fecha de construcción (1766) y el nombre de la calle dedicada a la "Reina de los Ángeles." |
Posiblemente para
evitar fugas económicas el árbol genealógico comienza a
complicarse al entrelazarse varios
procesos endogámicos. Así
encontraremos casamientos entre tío y sobrina (caso de Bernardo Pasquin); o de primo con prima (Ana María Pasquin Castañeto con Manuel José Paul), etc. A la vez que se irán integrando apellidos de relevancia
social local como el de los Castañeto (implicado en el comercio indiano como Habilitados por la Real
Audiencia y vinculado a la flota que arribaba en la ciudad mejicana de
Veracruz); o los “Paul” que lo harán a nivel comarcal y más adelante los Ruiz-Tagle.
La residencia familiar
que comenzó a levantar Juan
Pasquin Martini, no debió concluirse hasta 1766 según consta en la lápida existente sobre la puerta,
aunque quien la disfrutó plenamente fue su hija, la referida Ana María Pasquin Ponsse casada con Gregorio Castañeto. Ésta se encargará de dotar al edificio de un “estatus singular” para conservar íntegra su propiedad. Delegó sólo las funciones de gestión para lo que instituyó la figura de “administradora” nombrada mediante mayorazgo femenino, en la persona de su hija
Manuela, y que ha seguido funcionando hasta hace bien escaso tiempo; situación de la que desconocemos la resolución jurídico legal que se haya sido posible aplicar. Lo cierto, y es sobre lo
que llamamos la atención y nos interesa, es que es uno
de los motivos por el que la construcción ha llegado “intacta” y completa hasta nuestros días, y necesita que se actúe con urgencia sólo en zonas
puntuales.
Detalle de la hornacina e imagen referida de Nuestra Señora de los Ángeles. |
Detalles de las diversas decoraciones de lacerías de tradición mudéjar que se localizan en los trasdós o zonas inferiores de la escalera de tipo imperial y que da acceso a las distintas plantas. |
El edificio en su conjunto constituye uno de los escasos modelos de la
mejor y más genuina arquitectura gaditana de finales del XVIII en el que se
dispone: planta baja (para almacén), entresuelo o zona comercial de oficinas,
piso principal para los propietarios y superior para el servicio; azotea para
captación de aguas y
torre para control comercial del mar.
La decoración resulta llamativa en todos los ámbitos; así en su cornisa
ondulada, la escalera tipo imperial que se va subdividiendo en dos ; la lacería de tradición mudéjar del trasdós de estos accesos; las mascarones (que me
dicen en la segunda planta), las puertas de casetones y la de entrada con
grapones. En su estrecho patio, todo es llamativo; los herrajes, la decoración con azulejos vidriados que decoran las alfajías de sus corredores, y sobre todo la hornacina con la talla en mármol de la Virgen de los Ángeles que se inscribe sobre el arco de la
escalera. En este punto conviene llamar la atención sobre esta
advocación que debió tener una honda influencia en la familia
pues la calle aparece dedicada a la misma “Reina de los Ángeles” según consta en la lápida sobre la fachada principal. También algún miembro familiar se casó en la Capilla del Cristo del cercano
convento de Nuestra Señora de los Ángeles que se
situaba cercano donde hoy lo hace el Edificio de Correos.
No menos elegante y
original nos resulta el exterior y sobre todo el remate superior de cornisa
ondulada o los profusos y originales dibujos de sus muros esquineros que se nos
presentan como únicos y compuestos por dos estrellas de trazos diferentes blanca
insertas en el hormigón almagreño de fondo, configurando un agradable contraste. Llamativa nos resulta
su torre con esgrafiado en sus cuatro frentes y que añade en sus esquinas además el color amarillo en dibujos trenzados; el remate es realmente
primoroso y se configura con una garita de bovedilla cubierta y huecos de
acceso para las palomas.
Aspecto que ofrecía la torre en 2000 con la decoración casi completa que entonces tenía. |