jueves, 21 de abril de 2011

EL PRIMER VIA CRUCIS GADITANO Y LA BULA DE PIO VII.

TEXTO REFUNDIDO DE LOS DOS ARTÍCULOS POR NECESIDADES EDITORIALES Y PUBLICADO EN LAS PÁGINAS DEL DIARIO DE CÁDIZ.



GRABADO QUE REPRESENTA LA INTERVENCIÓN MILAGROSA DE NUESTRA SEÑORA DE LA PALMA DURANTE EL MAREMOTO DEL 1 DE NOVIEMBRE DE 1755, CON INDULGENCIAS CONCEDIDAS.





IMAGEN DE NUESTRA SEÑORA DE LA PALMA EN SU PASO DE CUPULITA, QUE SE AJUSTA A LAS PROPORCIONES DE LA TALLA, FORMANDO UN CONJUNTO ARMÓNICO . Este paso es una de las escasas muestras que quedan en la ciudad de Cádiz de este tipo de estructuras procesionales.









(TRABAJO QUE EN ORIGEN ESTABA REALIZADO DIVIDO EN LOS DOS ARTÍCULOS QUE SE DETALLAN)





LA PALMA (I): UNA ANTIGUA BULA PAPAL
Por Juan Antonio Fierro Cubiella

La crónicas gaditanas de la segunda mitad del siglo XIX, son una fuente inagotable de datos y noticias curiosas relacionadas con la historia de la ciudad. Entre ellas son numerosas las referencia a la Archicofradía de la Primera Compañía Espiritual del Santo Rosario y Coro del Ave María de Nuestra Señora de la Palma, agregada a la del Santísimo Nombre de María de la Corte de Roma, título que popularmente se resumen en el concepto de “la Palma”. Los escasos daños causados en la ciudad por el maremoto del 1 de noviembre de 1755 se tuvieron por milagrosos lo que reforzó las imágenes devocionales en las que se apoyó moralmente la ciudadanía. Éstas fueron las de Nuestra Señora del Rosario, que se propondría como patrona casi inmediatamente lo que ya fue tratado en el Cabildo de 8 del mismo mes, la de San José como Copatrono que se haría el 31 de marzo de 1757 y por último la de la Virgen de la Palma que lo recordaría anualmente con un rosario rezado y posterior procesión que se celebraría en aquel día para conmemorarlo.

Los efectos y consecuencias de aquel suceso no se debieron ceñir al momento en el cual ocurrieron, sino que tendrían una trascendencia en tiempos posteriores. Así estimamos que relacionado con el mismo debe estar la concesión de una Bula concedida por el Papa Pío VII (1800-1823), que le concedió en el año de 1803, de la que nos da noticias las referidas crónicas, documento que al momento presente no se ha podido localizar. Las prerrogativas que en la misma se detallaron debieron estar en uso durante un tiempo después, hasta que fuera olvidada. Sin embargo ochenta años después fue citado manuscrito fue encontrado según se refiere gracias “a la exquisita diligencia del Sr. D. Juan Casanovas y Pevidal” recuperándose nuevamente aquel “antiguo privilegio” desde la Semana Santa de 1883, festividad en la que era de aplicación. Sobre el contenido o pormenores incluidos en la misma, pocos datos poseemos, pero en si son muy significativos pues a partir de la recuperación de la misma se incluyen algunas pinceladas en las crónicas. Es en una de ellas donde se refiere que le autorizaba “para poder celebrar una misa rezada el Sábado Santo”, acto que se efectuaba en la capilla de su titular a las 12 de aquel día y que algún texto califica de “solemne”.
En el ámbito católico sabemos de lo excepcional de tal concesión, pues a partir del mediodía del Jueves Santo se suprime la celebración de la Santa Misa hasta la noche del Sábado Santo, cuando a partir de las 12 de realizan los Oficios de la Resurrección. La concesión Papal concedía una excepcionalidad dentro de dicha norma pues el acto era anterior a dichos oficios. Uno se pregunta si dicha tradición es interesante o posible recuperar en la actualidad para que no se pierda esta página cultural e histórica tan singular de nuestra ciudad, como otras inexplicablemente desaparecidas y que afectan también a este barrio como fue la procesión y romería de San Sebastián. Otro de los privilegios que ostentaba esta Archicofradía era la de poder “celebrar Manifiesto en la madrugada de su festividad.”
Sobre el particular de la documentación nos resulta interesante poner de relieve la opción existente para que los archivos privados y particulares puedan ser conocidos y al alcance del público en general, quedando inventariado su contenido. Nos referimos a la posibilidad de los depósitos temporales por un mínimo de diez años que ofrecen los archivos históricos de las Comunidades Autónomas y del Estado.

(P.D. Se ruega a los que utilicen el presente trabajo y sus fotos indiquen su procedencia como estipula la actual Ley de Propiedad Intelectual y del Depósito Legal, al encontrarse protegido por los mismos.)







VISTA GENERAL DE LA CAPILLA DE NUESTRA SEÑORA DE LA PALMA CON UNA MESA DE CABILDO, HACIA 1894.-


En la misma se pueden apreciar las modificaciones que ha tenido el prebiterio y el retablo (reja, púlpito, composición del ático, distribución etc.)(Colección particular)








VISTA TOMADA DESDE EL CORO DEL RETABLO MAYOR DE LA CAPILLA DE NUESTRA SEÑORA DE LA PALMA. Publicada en 1894 En el Manual para el Viajero en Cádiz.



LA PALMA (II): El Primer Vía crucis.
Por Juan Antonio Fierro Cubiella

Los datos que recogen las referidas fuentes locales sobre esta Archicofradía pueden ser ampliados con otros existentes en otros archivos y bibliotecas, recordemos al solicitud de recursos dirigida al Ayuntamiento para poder “costear la fiesta de bendición del nuevo templo” en agosto de 1768, acto de consagración que tuvo lugar el sábado 10 de septiembre. O también la donación del reloj viejo del Cabildo a esta Capilla el 12 de junio de 1772.
Pero en el siglo XIX no solamente las noticias apuntan a la referida Bula Papal de Pío VII en 1803, sino a otros hecho ocurridos a lo largo del mismo. Así la agitada vida política de entonces que llevarían al proceso de la desamortización de Mendizábal ocasionaría que la procesión del año 1837 fuese suspendida, apunta una tradición a un hecho climático singular que se desarrolló durante el mes de febrero de 1838, que dio lugar a que se acudiera nuevamente a esta advocación y por tal motivo se hizo una salida excepcional el 14 de febrero de 1838. Suceso éste que no ha podido ser contrastado por otras fuentes y necesita de un análisis más profundo.
Su retablo, parcialmente destruido por un incendio, fue recompuesto por el entonces Capellán D. Antonio Abazzini en 1855, aprovechando elementos anteriores, lo que le llevó a tener algunas dificultades con la Academia de Bellas Artes.
La Primera República (11 de febrero de 1873 al 29 de diciembre de 1874) debió afectar al culto en esta Capilla y posiblemente a su estructura. Así el 2 de septiembre de 1876 se procede a la reposición del Cuadro de Nuestra Sra. De la Palma “en el lugar donde se hallaba anteriormente”, y el sábado 4 de agosto de 1877 a las 6 de la tarde con asistencia de Banda de Música, se procede a la reapertura y bendición de la Capilla con nombramiento de Capellán, celebrándose una misa de acción de gracias al día siguiente.
Sería relacionado con el impulso que intentó dar dicho responsable, la noticia que se recoge para la Semana Santa del año siguiente de 1878, y más concretamente para el Viernes Santo (que según la información consultada debió celebrarse el 22 de marzo). Apuntándose entonces:
“El fervoroso y activo capellán de la iglesia de Nuestra Señora de la Palma D. Francisco de Asís Medina, sacó de la misma en la madrugada del Viernes Santo la imagen de Nuestro Padre Jesús de los Afligidos en devota y edificante procesión en forma de Rosario, la que rezando las estaciones del Vía Crucis recorrió las principales calles de aquel pobre barrio y luego hizo alto en la de San Leandro, balcón situado frente al histórico cuadro de la Milagrosa Virgen de la Palma, conmovedora plática que fue escuchada con el más religioso silencio y compostura por los miles de personas que con mayor recogimiento concurrieron a este acto, del todo nuevo en nuestra ciudad.”

Las opiniones más autorizadas apuntan a que la talla referida es la que se conserva en la iglesia de Santa Catalina, y se nombra actualmente como El Nazareno de Capuchinos ( pudiera conocerse como Nuestro Padre Jesús Nazareno de la Clemencia); imagen que el pasado miércoles 30 de marzo un Vía crucis hasta la misma Caleta. También de la misma capilla y posiblemente formara parte del conjunto fue una dolorosa que en 1964 se entregó a la pedanía jerezana de Torrecera, según el Boletín de la misma Archicofradía.

Ya a finales de aquella centuria tendría lugar el 12 de septiembre de 1890 de un triple acto con asistencias del Sr. Obispo Calvo y Valero acompañado de los doctorales D. Félix Soto y D. José María León y Domínguez; nos referimos a la bendición de la campana, de la Academia Popular de San José, así como de una tienda-Asilo o Fonda Popular para paliar la pobreza del barrio. O bien el nombramiento dado por el Obispo Jaime Catalá y Alboza de Ayuda Parroquial, que posteriormente le fuera revocado. Pero estas como otras noticias, serían necesario tratarlas más detenidamente en otra ocasión.


(P.D. Se ruega a los que utilicen el presente trabajo y sus fotos indiquen su procedencia como estipula la actual Ley de Propiedad Intelectual y del Depósito Legal, al encontrarse protegido por los mismos.)
IMAGEN REFERIDA EN EL ARTÍCULO, QUE ENTONCES COMPONÍA CON LA DOLOROSA UN MISTERIO CITADO COMO "LOS AFLIGIDOS". HOY SE LOCALIZA EN LA IGLESIA DE SANTA CATALINA Y SE CONOCE COMO EL NAZARENO DE CAPUCHINOS ( Nuestro Padre Jesús Nazareno de la Clemencia). Salió en Vía Crucis hasta la Caleta el pasado 30 de marzo de 2011, el que fuera organizado por el grupo parroquial de Cárita.

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